¡Demasiados cicilistas! (cont.)

Los gobiernos central y autonómicos intentan evitar la avalancha de ciclistas. Para eso van a malgastar el dinero de todos, un dinero que mejor podrían emplear en mejorar las ciudades y favorecer el uso de los vehículos con menos emisiones...

Lo podéis leer aquí, o aquí. (Y yo me apunto este último sitio en los eslabones encontrados.)

¡Demasiados ciclistas!

Ya tenía yo ganas de escribir esto: en Zaragoza hay "demasiados" ciclistas urbanos. Al menos demasiados para que sus necesidades de movilidad puedan ser atendidas por un servicio de alquiler (especialmente si éste resulta un poco torpe).

La noticia saltó a mediados de la semana, y las reacciones no se han hecho esperar:

El BiZi se ha demostrado muy buen "animador" (nada mejor para "engancharse" a la bici que poder probarla en condiciones reales), y también es muy útil para usos improvisados, sobre todo a contracorriente, pero está claro que si quieres hacer todos los días el mismo recorrido de ida y vuelta lo mejor es usar tu propia bici y poderla dejar seguramente aparcada cerca de tu destino.

Y dado que hay tan manifiesto deseo de los zaragozanos para usar las bicis, ahora es el momento de hacerles un hueco digno en la ciudad: pacificación del tráfico en el centro, carriles bici en avenidas y puentes con tráfico denso, campañas de des-dramatización del pedaleo en la calzada,... vamos, lo que los ciclistas urbanos, sobre todo los asociados y más comprometidos, llevan pidiendo consistentemente ni se sabe cuánto (aunque alguno no se entera, y se piensa que la bici la inventaron para la Expo, o algo así). Todo esto puede venir de la mano de la nueva ordenanza y del futuro plan director de la bicicleta en Zaragoza, a ver si nada se tuerce.

O vamos en bici, obamos en bici. Yes, we can. Ahora es el momento.

Gente corriente (o pedaleante)

Recientemente leía que en la masa crítica interplanetaria algunas personas animaban y coreaban a los participantes calificándolos "hippies". Otros les increpaban más o menos con el mismo término. El asunto suscita reflexiones entre los ciclistas, a las que me apunto. Perdón si me sale largo, aunque como esto no lo lee prácticamente nadie, igual da...
(Tengo pendiente escribir sobre por qué escribir, motivado por ausencias temporales de bloggers amigos, reales o amenazadas, y por una reciente columna de Julio Ordovás que me gustó especialmente.)

A mí los hippies, y versiones más modernas de la misma conciencia, me parecen estupendos, y en muchísimos casos, detrás del empuje persistente en favor de la bici, están muchos de ellos. Aunque no lo reclamen ni lo busquen, esos idealistas sí merecen el agradecimiento de todos, incluso de las viejecitas que les increpan y que a la vez disfrutan de calles más tranquilas.

Pero es cierto que la bici pasará (ya está pasando, o ya ha pasado) a ser cosa de "gente corriente", y más vale, claro. Por lo tanto, sin renunciar a nosotros mismos, creo que debemos dar la imagen más integradora y más "invitadora" de que seamos capaces.

En la tele local, precisamente, sacaron el otro día un mini-reportaje sobre la bici en Zaragoza, y me sorprendió bastante, tanto el ya comentado interés que los medios están mostrando últimamente (a consecuencia de los hechos de incremento sustancial y evidente del número de bicis en las calles, todo hay que decirlo), como el enfoque que le dieron.

Parece ser que tenían la intención de transmitir que era muy difícil o imposible moverse en bici por el centro, o que era cosa de gente excepcional. Pero por lo visto el hombrecillo al que entrevistaban, que tiene unas pintas bastante corrientes, se empeño en que lo hicieran pedaleando continuamente por la calzada en el centro. Ciertamente sólo echo de menos que destacase más lo bien que ya se puede pedalear por las calles estrechas, donde tenemos preferencia de hecho, y nos la van a reconocer explícitamente en la nueva ordenanza, o que se quejase de que las estaciones de BiZi de alquiler mostradas en el reportaje estuviesen en medio de aceras concurridas, o que al explicar que en bici llegas antes a los sitios no argumentase el asunto del tiempo no-perdido para aparcar, o, sobre todo, que aparte de demostrarlo con el ejemplo dijese lo importante que es para la seguridad ocupar el centro del carril... Aunque tal vez sí lo dijo, pero no todo sale en el vídeo, no sé. Aquí os lo pongo (son sólo los primeros cuatro minutos, el resto son otros reportajes):



Y sigo explorando otras facetas del concepto "gente corriente". Ayer mi mejor amiga ciclista (la mejor ciclista entre mis amigas, mi mejor amiga entre las ciclistas) nos invitó a una cenica entrañable. ¿Cómo? Pues recorriendo unos 50 km en bici (el ya narrado ascenso al fondo del mar), por la tarde y noche, y luego sacando de sus alforjas modelo "Mary Poppins" unos tuppers con empanada y ensalada de tomate, una botella de buen vino, con fresas y una crema de orujo para terminar. Dimos buena cuenta de todo, en el parque de Cuarte, y regresamos. A mí esta forma de celebrar un cumpleaños no me parece nada corriente, de hecho creo que era la primera vez que hacía una excursión en bici de noche, o que cenaba de tupper en un parque. Pero, si digo la verdad, creo que si hay algún problema con que no sea corriente, lo tienen los demás por perdérselo, ya que hacer cosas así está al alcance de cualquiera, hace falta poco más que estar vivo.

Estrategia Española de Movilidad Sostenible

Ya estamos un paso, o pedalada, más cerca del futuro perfecto...