¿Desordenanzas ciclistas?

Últimamente no escribo mucho (por no decir nada) sobre la extensión del ciclismo urbano, en gran parte porque afortunadamente va viento en popa, y a mí lo que me gusta es protestar y quejarme, que en el fondo soy un llorica. Pero aunque sea muy brevemente quería llamar la atención sobre una aparente buena noticia que no lo es tanto: las ordenanzas ciclistas que están apareciendo en distintas ciudades, después de la de Zaragoza.
Son una buena noticia, porque son un síntoma de que hay cada vez más bicis. Pero no lo son tanto porque son dispares, y no siempre incorporan medidas tan oportunas como las calles 30. A veces restringen peligrosamente, por ejemplo, la de Valencia obliga a circular por el carril bici cuando lo hay... y supongo que no valdrá como excusa para no hacerlo que el carril que haya esté mal hecho, sobre una acera, con interrupciones, etc. lo que es harto frecuente (de esto hablaré probablemente en unos días). Y a veces son directamente antibici, como la de Burgos, una ciudad perfecta para ir en bici.
Estaría más que bien que se ordenase el panorama de forma común, desde la DGT por ejemplo. Y de hacerse, por favor, ¡que se haga copiando a los mejores, no a los peores!

Vive el momento - Vuelta a la comarca del Aranda

Por desgracia, según como se mire, este puente no hemos podido realizar el planazo de recorrer con BTT y alforjas un tramo de la transpirenaica, entre Jaca y Pamplona por Zuriza, Irati y Roncesvalles, que de haber salido mejor tiempo hubiera sido una otoñal gozada.
Pero hemos decidido ponerle buena cara al mal tiempo y rebajar las aspiraciones a una modesta salida en el día con mejor pronóstico. Destino: la comarca del Aranda, en la que yo no había estado nunca, y a la que hemos dado una vuelta casi completa, saliendo desde Illueca. Hemos combinado pistas y carreteras sin apenas tráfico, algunas balizadas como GR's (90 y 260). Impresionante. ¡Qué colores! ¡Qué bonitos los alrededores de Calcena!
La idea inicial era algo mas amplia, bajando hasta Mesones de Isuela y Nigüella y luego recorriendo la orilla del Aranda hasta Brea e Illueca, pero se ha hecho tarde pronto por el cambio de hora, y por la decisión de no madrugar para dejar terminar a la llovizna (y, de paso, vivir también el gran momento de un rato más en la cama).
Pero no nos apena no haber agotado el recorrido, así tenemos una razón más para volver, que bien merece la pena, se podría convertir en una costumbre fácilmente: la "VueltAranda". (Por cierto, que inventarse cosas llamativas y sencillas pegadas al territorio es una gran manera de promocionarlo: ¿a qué os suena Calcena?)


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