Esquela

Todas las personas preocupadas por la movilidad sostenible lamentamos profundamente el prematuro fallecimiento del periódico digital soitu.es, con cuya sección Hartos del coche tanto hemos aprendido y disfrutado.

Descanse en paz, pero, si es posible, mejor que resucite o se re-encarne.

La noticia en El País, y en el propio soitu.es, con invitación al funeral (se llevará una corona de flores en bicicleta, y se pide la participación de peatones y ciclistas, que aporten sus condolencias en forma de velas, flores, poemas...)

Duatlón "Tour de Añisclo"

Este sábado con unos amigos me inscribí en el Primer Duatlón Contemplativo "Tour de Añisclo", una prueba deportiva no competitiva sumamente recomendable para recorrer en profundidad y por todo lo alto el magnífico Cañón de Añisclo y algunos de sus alrededores.

La organización del evento fue muy profesional (alguno incluso creyó que más de lo que realmente era) y los premios inmejorables: un gran fin de semana para todos los participantes en lo mejor del otoño en el Pirineo sobrarbense, con la mejor compañía. ¡Creo que esto podría convertirse en una costumbre fácilmente!

Y, como de costumbre, os dejo unas foticos y un mapilla.




Ver Tour de Añisclo en un mapa más grande

La universidad de Zaragoza en la cola del pelotón

Con este "titular" parece que me esté refiriendo a los frustrantes resultados de la universidad aragonesa en la reciente convocatoria de campus de excelencia, que tanto ha dado que hablar y lamentar, y que se entiende perfectamente si uno lee atentamente esta entrevista al rector.

Pero no me refiero a eso, sino a la preocupante dejadez, no ya en la promoción del uso de la bici, sino meramente en secundar el apabullante "boom" ciclista, ocurrido por "generación espontánea", algunos dicen que EXPOntánea, bueno, yo que sé (como diría Warren), ocurrido en cualquier caso.

Dejadez que ha llevado a Pedalea, surgido en su día como colectivo universitario, a "regalar" a la universidad un aparcabicis, después de meses esperando a que se empiecen a atender sus peticiones. Se puede leer la noticia aquí, y se puede telever aquí.

Revisando las peticiones que se solicita aplicar inmediatamente, lo cierto es que parecen bastante razonables y asumibles:
  • Ampliar sustancialmente el número de aparcabicis donde el llenado ya se empiece a acercar al máximo, antes de que no quepan. En muchos casos ya están saturados, con bicicletas atadas a vallas, y hay además un alto número de bicicletas que pasan inadvertidas, porque los usuarios las introducen en sus edificios. Esto lo dije aquí hace más de un año.
  • Vigilar situaciones de abandono de bicicletas, y proceder a su retirada, pero no impedir que las bicicletas pernocten en los campus.
  • "Enjaular" algunos aparcabicis, con puertas cerradas con llave para los que la soliciten. La facultad de veterinaria (por propia iniciativa, como en otros casos) ya ha realizado una experiencia piloto. A corto plazo solicitamos únicamente que se continúe con la realización de experiencias, si efectivamente hay una preocupación sobre la frecuencia de los robos y su efecto desincentivador sobre el acceso en bicicleta.
  • Abandonar cualquier proyecto de construir carriles bici dentro de un campus, y dedicar el dinero correspondiente a medidas más efectivas, como incrementar y mejorar los aparcabicis, instalar barreras contra los excesos de velocidad y los aparcamientos indebidos, o controlar los accesos. Los campus deberían tratarse íntegramente como parques, con preferencia para los peatones.
  • Convertir suficientes aparcamientos para coches, los situados en lugares privilegiados, en aparcamientos para bicis y/o motos, para favorecer el uso de estos vehículos frente al coche y a la vez prevenir el aparcamiento de motos sobre las aceras, que son zonas peatonales.
A estas peticiones inmediatas se añaden otras a más largo plazo, y también se sugiere que se abanderen campañas en favor de la movilidad sostenible desde la "Oficina Verde" de la universidad.

Pero por lo visto el concepto que las autoridades universitarias tienen de "inmediato" difiere del de los ciclistas... Debe de ser porque estos últimos no soportamos los atascos.

En su día, hace años, la universidad "demarró" y se puso en cabeza en materia de ciclismo urbano, como le corresponde, pero ahora nos preocupa que se acomode en la cola del pelotón y ni siquiera se intente meter en uno de los grupos de cabeza, como el propio ayuntamiento (¡quién lo iba a decir!).

Una Universidad debería demostrar más agilidad, ¿no?

Simpatía por el tranvía

El otro día estuve (h)ojeando un cuadernillo que sacó El Periódico de Aragón sobre el nuevo tranvía que se va a poner en marcha en Zaragoza, cuyas obras acaban de comenzar. Había artículos desde varios puntos de vista, algunos de ellos bastante interesantes. Lástima que no estuviera en la versión on-line, por eso no os pongo un enlace. Me llamó especialmente la atención uno desde el punto de vista de un ciclista cotidiano. Yo no lo hubiera sabido escribir mejor, así que lo reproduzco aquí tal cual:

Como ciclista urbano siento por el tranvía una simpatía profunda.

Ambos medios de transporte, los tranvías y las bicis, habían sido declarados muertos y sepultados en nuestras ciudades. El tranvía literalmente, trasladado al subsuelo en forma de metro. La bici por el expeditivo método de obviar su existencia a la hora de ordenar el tráfico. Junto con este doble crimen, o como causa de él, se perpetró un tercero, quizás sin mala intención, tal vez deba calificarse de imprudencia temeraria: entregar incondicionalmente la ciudad a los coches. Todo y nada es veneno, depende de la dosis. Hoy pocos se atreven a negar que los atascos, ruidos, emisiones, humos y accidentes son síntomas de una sobredosis de coches en las calles, que nos afecta a todos: peatones, ciclistas, usuarios del transporte colectivo, servicios públicos y de emergencias, o incluso a los propios automovilistas cuando realmente necesitamos serlo.

Ambos medios de transporte, las bicis y los tranvías, tienen la rara virtud de ser agradables de usar a la vez que eficaces en grado máximo en sus respectivas distancias. Pedaleando recorro unos cuatro kilómetros en un cuarto de hora, un tiempo récord para ir de puerta a puerta, literalmente, dentro del mismo barrio o entre barrios contiguos. Y a la vez es un saludable ejercicio. Y un agradable paseo, sintiendo vivamente tu ciudad, prácticamente en cualquier trayecto y con cualquier tiempo. (Los que dicen lo contrario es que lo han probado poco, por no decir nada.) En tranvía decenas de usuarios en un mismo vehículo podremos cruzar cómodamente media ciudad en un cuarto de hora, con paradas no demasiado alejadas entre sí, sin hacer apenas ruido, ocupando un mínimo espacio, y sin dejar de ver dónde nos encontramos, a no ser que decidamos aprovechar el trayecto para leer o echar una cabezadita.

Y ambos, bicis y tranvías, ocupan los puestos primero y segundo en la clasificación por eficiencia energética, y por tanto menores emisiones, lo que los hace insustituibles en las estrategias para mitigar el cambio climático, que más pronto que tarde van a tener que coger por los cuernos el toro de los llamados “sectores difusos”, que incluyen destacadamente al transporte urbano.

Ahora que el tranvía va a renacer en Zaragoza, como también está renaciendo la bici, empiezo a ver el futuro de la movilidad urbana con razonable esperanza.

El momento de acometer las importantes obras requeridas no puede desaprovecharse. Todas las calles afectadas, que inevitablemente vamos a perder durante meses, y que ya echamos de menos, han de sernos devueltas en tan magníficas condiciones que olvidemos al instante el sufrimiento del parto. Queremos en el corazón de la ciudad calles con buenas aceras, con árboles y jardines, con parques infantiles, pequeño comercio, terrazas, etc. Y por supuesto, aparte del tranvía, con tráfico no motorizado, o al menos calmado, en lugar de pequeñas autopistas destinadas al atasco perpetuo. No olvidemos que una avenida completamente llena de coches contiene menos personas que un par de tranvías...

El momento de incorporar un nuevo medio de transporte debe servir también para repensar a fondo todos los demás, de forma que se complementen fluidamente. Por ejemplo, aparcamientos para coches en las afueras de la ciudad, con paradas de tranvía o bus, y líneas de autobús circulares y trasbordos tranvía-bus con el mismo billete.

Concretamente, con respecto a la bicicleta, la implantación del tranvía ofrece una oportunidad privilegiada de disponer de carril bici a lo largo de todo el eje Norte-Sur, desde Valdespartera hasta Parque Goya. Es un compromiso verbal del equipo de gobierno municipal que todavía no tenemos constancia de que esté recogido en el proyecto definitivo. El año 2008 se completó el eje Este-Oeste, al lado del Ebro, vertebrando la ciudad en bicicleta, y enseguida se ha demostrado su utilidad. Ahora toca apostar por el eje Norte-Sur y conseguir lo que podríamos llamar el Cardo y el Decumano ciclista, un buen embrión para hacer de Zaragoza un modelo en movilidad urbana. Pero hay más: hay que tomar medidas integrales, como dotar de aparcabicis a todas las paradas, o autorizar el acceso de bicicletas a los tranvías, con las limitaciones que dicte el sentido común. Aprovechar y fomentar la sinergia entre ambos medios mejorará la movilidad en Zaragoza como nunca antes habíamos visto.

Es el momento de otorgar la prioridad debida a los medios de transporte colectivos y no motorizados. Parece innecesario argumentar las razones, de bienestar, económicas y medioambientales, por las que muchas ciudades ya lo están haciendo, y muchas más lo van a hacer. La cuestión es si queremos disfrutar pronto o tarde de esta evolución inevitable. Yo, personalmente, cuanto antes mejor. Entiendo que otorgar la prioridad debida supone, por supuesto, hacerlo en la regulación del tráfico y en la limitación de uso las vías, pero también supone hacerlo en los presupuestos. El transporte colectivo nos beneficia más cuanto más se usa, y no hay mejor manera de promocionarlo que ofreciendo un servicio de gran calidad, en lugar de contentarse con ofrecer uno apenas digno, por muy barato que resulte a corto plazo. Es lo que estamos esperando en Zaragoza, desde hace años.

La vuelta del tranvía a las calles de Zaragoza y el manifiesto aumento en el uso de la bicicleta son dos buenas noticias, dos primeros pasos en la dirección correcta, que pasa ineludiblemente por la reducción del uso del automóvil privado en la ciudad. Nos lo pide el planeta y lo necesitamos para mejorar nuestra salud colectiva y nuestra calidad de vida. Pero esos primeros pasos deben continuar, y ser cada vez más firmes y más irreversibles. Hay más líneas de tranvía y todo un Plan Director de la bici esperando a ponerse en marcha. Tenemos, pues, bastante camino por recorrer, así que debemos seguir avanzando ágilmente. Al paso de las bicis y los tranvías.

He vuelto

Después de mucho tiempo, he vuelto a recorrer la ribera derecha del Ebro, pasando por los galachos de La Cartuja y El Burgo. Es un camino muy agradable y a la vez muy interesante, a mí me sirvió en su día para "descubrir" el placer de ir en bici por el campo y el significado profundo de la vida de los ríos. El hecho de que el Ebro todavía esté vivo, aunque mucho menos de lo que fue necesario para fertilizar su valle en medio de un desierto, tiene el inconveniente práctico de que partes del camino se inundan a menudo, o desaparecen. Hoy mismo, un tramo del camino bajo el escarpe de La Cartuja estaba literalmente bajo el escarpe, por un derrumbamiento. Pero salvo imposibilidad, es muy recomendable abandonar la GR-99 y adentrarse en los dominios del río y sus galachos, por ejemplo siguiendo el camino que os recomiendo aquí, que se separa de la GR-99 entre La Cartuja y El Burgo, en el tramo de vuelta:


Ver Galachos de La Cartuja y El Burgo en un mapa más grande

Bueno, y obviamente he vuelto también al blog, que tenía, otra vez, abandonado. En cierto modo, dado el auge de la bici, al menos en Zaragoza, casi que este blog ya se podría cerrar, porque en este momento el tema es algo cansino, de tanto que salen las bicis en los medios. Pero, por otra parte, aún me apetece seguir pedaleando por un mundo mejor, y compartirlo con vosotros, así que aquí nos vemos siempre que queráis.