¡Dale la vuelta! (Ciclonudista 2011)

Ayer hubo tres convocatorias ciclistas. En la Quebrantahuesos, por segundo año consecutivo no pude participar por no salir agraciado en el sorteo. (El año que viene creo que iré directamente a los Puertos de Ribagorza). El paseo ciclista para visitar las plazas del casco histórico fue maravilloso. Empezaba en la antigua puerta principal de la Cesaraugusta Romana, al lado de su Puerta del Sol, siguiendo el "cardo", salía extramuros, atravesando la Plaza del Mercado, ahora cubierto, a la zona de huertas (de entonces), cruzaba al arrabal, volvía a entrar en la ciudad romana por el "decumano" y terminaba en el primer parque público de España, que luce su primera montaña rusa (el Parque Bruil). Un recorrido por las plazas que, desde siempre y ahora de nuevo, son un espacio donde se encuentran los ciudadanos con sus ideas. En cuanto a la tercera convocatoria...

Desde hace años cuando se convoca la marcha ciclonudista me atrae, por lo original y atinada (¡desnudos ante el tráfico! ¡qué gráfico!), a la vez que me resisto, por pudor. Y eso que tengo unos cuantos amigos asiduos que me animan todos los años a "destaparme".

Este año, otra amiga reticente se ha atrevido por primera vez, y no he podido evitar interrogarla. (Le he pedido permiso, pues por lo visto, por muy atrevidos que parezcan los ciclonudistas, para la mayoría - incluso para muchos de los asiduos - supone cierto estrés, y no se sienten del todo cómodos con la curiosidad de los "textiles", que serían como los muggles haciendo un paralelismo con el universo harrypotteriense.)
Me dice que es verdaderamente fácil, mucho más de lo que parece, que lo más difícil para ella ha sido decidirse a acudir. Una vez en Plaza España, todavía vestidas, ya todo ha ido rodado, nunca mejor dicho: un primer pedaleo en plan masa crítica con otras doscientas o trescientas personas ciclistas hasta un lugar no revelado, donde se han desvestido rápidamente todas a la vez, y de ahí a pedalear por Zaragoza ante la admiración general, con el cabreo aislado de algún conductor que se sentiría amenazado, a pesar de ir "armado" y ellas desnudas en sus bicis. ¡Qué estampa de no-violencia!
Me dice mi amiga que al principio le costaba hablar con otros ciclonudistas con los que coincidía momentaneamente en el paseo, pero enseguida también esa dificultad se ha esfumado, dejando sólo la sensación de libertad y de dignidad de quien reclama justicia en las calles sólo con su cuerpo y su bici, de quien supera sus miedos y se acepta como es, y la fantástica sensación de quien se siente parte de algo más grande que sí mismo, parte de un grupo, todos diferentes pero todos iguales.
Me ha dicho que, para ser sincera, esas sensaciones no era apenas diferentes de la que sentimos en las bicicletadas, masas críticas, paseos en grupo, etc. que frecuentamos. La única diferencia era que en este caso había (mucho) más público, que coreaba :-) y fotografiaba :-(
¡Ah! y que recorriendo desnuda las principales calles de Zaragoza, por las que transita a diario, formando parte de esa especie de orgía sin sexo, sentía cierto gustirrinín transgresor ;-)

Le he preguntado (retóricamente) si se había arrepentido de algo, a lo que me ha respondido con una expresión que yo uso muchas veces: casi siempre te arrepientes de lo que no haces, casi nunca por lo que haces. Me parece que tiene mucha razón. Me temo que la próxima me va a costar todavía más perdermela... Miro el vídeo y me pregunto ¿por qué no, también, yo?



Cuando debato sobre la ciclonudista con algunos de los habituales, y les pregunto si no va perdiendo fuerza esta reivindicación por "demasiado vista", invariablemente señalan que no, que de una protesta ejemplar, desvergonzada y específica, se ha metamorfoseado en una forma de celebración+reivindicación con mucho recorrido y muchas aplicaciones. Por ejemplo, este año, junto con el espacio para las bicis en las calles, reclamaban, incluso con mayor prioridad, espacio para las personas en nuestras sociedades. Personas desnudas que se encuentran abandonadas en las garras del monstruo-dinero. Personas de a pie (o en bici) a quienes sus representantes políticos deberían defender. Esos políticos que exhiben su corrupción y cobardía de forma vergonzosa, cuando deberían plantarse dignos y valientes (quizás desnudos) ante los ejecutivos del mal.
Como decía el lema: ¡Dale la vuelta!

Lágrimas y sonrisas

Me gustan especialmente las películas que me emocionan. Acabo de ver una que lo ha conseguido. La pongo, que son menos de cinco minutillos, pero antes destaco una frase:
"... y la tendencia es que, como en otros países, la bicicleta no sea un medio de transporte alternativo, sino uno preferente"

Esto, dicho por la DGT, nada menos. ¡No he podido reprimir unas lagrimicas!




La pregunta es cómo hacer para conseguir que 2020 haya un millón de ciclistas más, como pronostican...

Aquí os dejo con la respuesta:



(A la vista del video, y contando jóvenes ciclistas sonrientes, un millón de nuevos ciclistas de aquí a 2020 me parecen pocos.)

Ya estoy de vuelta...

Después de tres meses sin subirme a RociclanTT por un cúmulo de circunstancias adversas, hoy he salido a hacer un pequeño y suave recorrido de "reencuentro". Temía dificultades, pues arrastraba una lesión en el gemelo (no de la bici) y sólo había practicado el pedaleo cotidiano, pero me he encontrado relativamente bien, y muy a gusto de encontrarme de nuevo en las pistas, contemplando paisajes enormes y dejándome invadir por la primavera-casi-verano (tanto es así que el sol me ha "tatuado" un maillot blancucho sobre fondo rojo).

El recorrido es parte de un "pétalo" que me gustaría que llegase hasta la Puntaza y desde ahí bajase a Remolinos y volviese por la margen derecha del Ebro, coincidiendo en parte con el "pétalo" de la Ribera Alta. Pero mientras me pienso por dónde hacerlo, lo dejo ya como sugerencia. Se puede llegar sólo hasta la atalaya que hay a la altura de Sobradiel, que es por donde hemos bajado el escarpe, pero me parece muy recomendable prolongar la ruta hasta el Castelar, frente a Torres de Berrellén, como hemos hecho hoy. Ojalá hubiesemos podido bajar y cruzar el río en la barcaza, en lugar de tener que volver hasta la atalaya por el mismo camino...

Una advertencia sobre los recorridos por la estepa norte: muchos discurren por terrenos usurpados para jugar a las guerras con nuestros impuestos, así que abstenerse de recorrerlos cuando estén pegando tiros y tirando bombas. Entiendo que el resto del tiempo podemos pasar (de hecho nos hemos cruzado a unos cuantos grupos de ciclistas hoy, y siempre los hay en esa zona, aprovechando que el vallado es muy deficiente).


Ver Petalos en un mapa más grande

(Las fotos, excepto el panorama desde el escarpe del Castelar, son recicladas de otras veces.)