De vez en cuando me vienen cosas a la cabeza para contarlas aquí, pero últimamente esas ideas se me mueren y se van al otro mundo (si existiera) con alguna neurona que ya no da más de si.
Por ejemplo, quería comentar sobre el (todavía no) recién estrenado carril bici del segundo cinturón de Zaragoza, que por su variado trazado recoge casi todos los ejemplos "de libro" sobre carriles bici. Lástima que también recoge los del capítulo "Errores frecuentes y muy peligrosos", a ver si se pueden remediar antes de que haya que lamentarlos.
Y a raíz de eso también quería hablar sobre la siempre polémica necesidad (o no) de carriles bici, cosa de la que ya he hablado otras veces, pero que recientemente he visto (leyendo un mensaje en la lista de Pedalibre) desde un nuevo ángulo: no es que los ciclistas habituales nos creamos superiores a nadie al decir que a nosotros no nos hacen falta los carriles bici, sino que nos gusta tanto ir en bici que seguiremos pedaleando con o sin ellos.
Los carriles bici, a mi entender, para lo que sirven (además de para quitarle espacio a los coches) es para que nueva gente se anime a coger la bici. Si no eres ya ciclista habitual, posiblemente no te guste tanto (todavía) ir en bici, así que necesitas que te lo pongan bien fácil. (En mi caso "necesité" que mis primeros trayectos habituales tuviesen grandes aceras ciclables y algún carril bici.) Una vez que ya te has animado a pedalear, cualquiera puede ir en bici por la calzada, sólo es imprescindible un suficiente dominio de la bici, un buen conocimiento del tráfico propio de tu ciudad, mantener la concentración, aplicar unas reglas básicas de autodefensa (especialmente la de ir por el centro de tu carril) y, desde luego, que no te inmuten los insultos que eventualmente te llegarán. Dominando estas técnicas, algunas de las cuales sólo se pueden aprender practicando (en condiciones suficientemente seguras y progresivamente más exigentes, como cualquier aprendizaje que se precie), llegas a tu destino de la forma más rápida, y es posible que aún disponiendo de carriles bici en tu ciudad pases a veces de ellos y escojas otros trayectos que te resulten más convenientes. Yo ahora lo hago incluso yendo con dos niños (13 y 9 años) en sus bicis. Y lo podríamos hacer más y mejor si el tráfico estuviese más pacificado, que afortunadamente lo va estando.
Ya digo que esto es un asunto polémico. Para zanjarlo, en Scientific American sugieren que preguntemos a las mujeres (¡sería mucho más útil que polemizar con un señor calvo con mala leche!). Yo últimamente veo muchas más mujeres en bici por Zaragoza, sobre todo por las aceras y carriles bici, aunque también, en cantidad levemente creciente, por la calzada, eso sin contar a las ciclo-heroínas urbanas "de toda la vida"... A mí me sirve como respuesta.
Y otra cosa que quería contar es que me hizo mucha gracia una respuesta a una de esas típicas preguntas a los ciclistas sobre el frío, el calor, la lluvia, el viento, los bultos, las cuestas, los robos, la forma física, el casco, los carriles bici... La respuesta era: "a mí lo que más me molesta es tener que estar siempre dando explicaciones". Bueno, a mí me gusta dar explicaciones, conversación que no falte, pero no le falta razón.
Pero no desarrollaré (más, al menos por ahora) estos temas, sino que iré, por fin, al que me ha sentado delante del teclado, que algo tiene que ver con casi todo lo anterior. El otro día un gran amigo, ciclista y ciclista urbano (el que más sale en las fotos de este blog), fue arrollado por un coche cuando pedaleaba por la calzada en una rotonda, yendo a trabajar a las 7:30, con luces y chaleco reflectante. Él no sabe cómo fue, ya que le dieron por detrás. No vio nada, sólo se vio de repente en el suelo, sobre el que cayó de espaldas. Milagrosamente (está tan fornido que) no se rompió nada, sólo está dolorido y magullado. Pero durante unos angustiosos minutos eternos mi amigo estuvo tumbado en la calzada sin moverse, pensando si se podría volver a levantar, angustia que se prolongó en la ambulancia y el hospital hasta que llegaron los tranquilizadores resultados. Cuando yo me enteré, ya "sólo había sido un susto", pero todavía si lo pienso me da un escalofrío. Cuando pasan estas cosas no puedes evitar pensar que has vuelto a nacer. Incluso si no te pasan a ti sino a alguien a quien quieres te parece que empieza una nueva partida en el gran juego de la vida.
Amigos, compañeros: ¡disfruten del juego, y cuídense mucho!