Bicigoza oficial

Es para mí una gran satisfacción anunciar aquí, y enlazar, un nuevo sitio de la bicicleta en Zaragoza. Incluye un plano con los carriles, aparcabicis y estaciones del nuevo BiZi (bicis públicas de alquiler).

ACTUALIZACIÓN (29/5): el BiZi ya es una realidad, damos la bienvenida a nuestras nuevas compañeras rojas, con una rueda más grande que otra.



Las bicis van ocupando su sitio, sin prisa pero sin pausa. Lo propio de las bicicletas, que es la forma de llegar pronto y relajados a nuestros destinos...

CARRIL COCHE YA!!!

Hoy llueve bastante. El aire huele a limpio, se siente el frescor y la vida. Mientras tanto, los cochirraptores se vuelven más locos y más torpes que de costumbre. Con un mínimo de habilidad y prudencia, y la ropa apropiada, es de los días en los que la bici se convierte en un arma de liberacón.

Pero yo tenía que llevar a los pequeños al cole, y dejar sus bicis al descubierto todo el día, así que he optado por el bus, en primera opción. En segunda opción, diez minutos después (ya habría llegado al cole), tras descartar la inminente llegada de un autobús de mi línea, cuya frecuencia es cada 5 minutos, me he pasado al taxi.

Interesante conversación. Él también echaba pestes del atasco, concretamente de los montones de coches con un solo ocupante.

Ese es el culpable, no exclusivo pero obviamente principal, de que los buses vayan tan mal, y como me ha justificado el taxista, de que una carrera de tres euros me fuese a costar siete. ¿Buen negocio? No, él preferiría que no hubiese atasco, y que los taxis fueran los únicos coches permitidos, para los escasísimos casos en que un buen transporte colectivo y las opciones no motorizadas resultan insuficientes.

¿Opciones no motorizadas? ¡Biciclote, habla claro!

Vale: bicis, triciclos, sillas de ruedas, patines, patinetes, monopatines, monociclos, saltadores, sillitas infantiles, carros de la compra, y no sé como llamar a esto. O a esto.

Mi bola de cristal dice que esto, todo esto, es lo que vamos a ver cada vez más en las calles, junto con los peatones y transportes colectivos. Y cada vez menos coches.

¿Haremos un carril-patines? ¿Un carril carro de la compra? ¿Etc.?

¿O echamos a los coches y nos quedamos la calzada?
(Transitoriamente, podemos dejarles algún carril-coche.)

Valencia en bici

Este último puente nos fuimos a Valencia con los hijos pequeños (los que van al cole en bici) de visita familiar y para satisfacer la curiosidad viajera del mediano, que es el de los auriculares de guasa (en las fotos).
Metimos nuestras dos bicis plegables y sus dos BTT (de 20" y 24") en el maletero, con la ropa y demás bártulos, y allá que nos fuimos, estrenando la autovía continua, que ya era hora de tener una comunicación decente, ahora sólo nos faltaría un tren en condiciones.

Valencia es una ciudad bastante curiosa. Se podría hablar de sus extravagancias hidrológicas o constructoras, que viene a ser más o menos lo mismo, pero eso se saldría del tema, así que intentaré (con poco éxito) no decir nada. También se puede hablar del tráfico. Espero que en Valencia ningún conductor se queje de que los ciclistas se salten los semáforos en rojo, dejen la bici en cualquier lado o vayan por la acera, pues son cosas que los automovilistas también hacen con frecuencia.

Incumplir las normas es la única norma que se respeta universalmente, y como observador conjeturo que la causa es el poco empeño que se pone en hacerlas cumplir. Por ejemplo: en el Oceanográfico se repite por los altavoces en varios idiomas cada cinco minutos que no se hagan fotos con flash. Sin embargo los destellos son continuos, y bien fáciles de localizar, pero nunca ví a nadie llamar la atención a los infractores. Poner una y otra vez el mensaje grabado debe de ser más barato y cómodo. Tanto como inútil.

Así que, con esta cultura cívica, no es de extrañar ver a los ciclistas hacer cosas tales como saltarse un semáforo en rojo al atardecer, sin luces, viniendo un bus por el cruce. O pedalear a más de 30 km/h por el Parque del Turia, por el carril de la acera compartida con los abundantes peatones y niños propios de una mañana festiva de la más benigna primavera, o por el césped, que ya tiene varios "senderos" así marcados.

También espero que nadie proteste por el gasto en "construir", digo pintar, carriles bici, tan útiles para aparcar en ellos con menos complejos que en una acera normal. Supongo que no llegan los euros para otra cosa, ni para separar el carril bus, ni para actualizar el sistema de bonobús por algo más moderno y multimodal. Pero no será porque no hay euros metidos en la construcción.
Estos días está todo patas arriba. Tratar de moverse en coche es de locos. Supongo que es para facilitar que se haga caso de esta campaña, que aplaudimos.

Pensaréis que no nos ha gustado Valencia. Pues estáis totalmente equivocados. Ya he dicho que es una ciudad muy curiosa. Una de las cosas más espectaculares que se pueden hacer en Valencia es "viajar" del pasado al futuro bajando por una rampa. Arriba el caos de tráfico, el ruido, la contaminación, el asfalto, el cemento. Te deslizas con tu bici (o caminando) rampa abajo y te metes en el Parque del Turia, por el que puedes ir de un extremo a otro de la ciudad entre árboles, fuentes, parques infantiles, campos de deporte, terrazas, etc, oyendo el canto de los pájaros y el rumor del agua, escogiendo entre sol o sombra, o parando a contemplar el paisaje. El Parque del Turia tiene una interesante historia. Tras una inundación del río Turia, que normalmente ni llega al mar de "tan bien que se aprovecha", se decidió desviarlo por el Sur de la ciudad. Esperemos que el río esté siempre de acuerdo. El caso es que el antiguo cauce se ha convertido en el gran parque lineal de Valencia (tras salvarse de convertirse en una gran autovía) y es la bendición del viajero, o el oriundo, que se quiere mover por Valencia en bici. Son unos quince kilómetros por los que puedes desplazarte con toda la seguirdad y placer del mundo desde la superfashion Ciudad de las Artes y las Ciencias, hasta el recién inaugurado zoológico (Bioparc) y los lagos que hay en sus cercanías, pasando por el casco histórico señalado por las Torres de los Serranos. Y si quieres visitar el casco, con su magnífica catedral y alrededores, sus encantadoras callejuelas, iglesias, universidad vieja, palacios, estupendos edificios modernistas, etc, también lo puedes hacer en bici, pues muchas de sus calles son peatonales o con tráfico calmado, como indican en este estupendo mapa. Y si quieres que te lo muestren y expliquen (en inglés), a la vez que conoces a gentes de diversas procedencias, te puedes apuntar a una visita con guía que sale todos los días desde hace unos años, a las diez de la mañana, en Valencia bikes.

Comparto con vosotros una selección de fotos.


En fin, que nos ha encantado, hemos pasado unos días fantásticos, unos días más felices de nuestras vidas (esto lo tengo que explicar en otra ocasión).

Nos hemos quedado con ganas de volver, cuando Rita encuentre el tesoro que parece que está buscando.
Y, si es en verano, también iremos a la playa de la Malvarrosa, y recorreremos el paseo marítimo.

En bici, por supuesto.

Primavera ciclista en Zaragoza

Este puente he estado pedaleando en Valencia, pero no tengo tiempo de relatarlo ahora, en un post que se llamará "Valencia en bici". De hecho ya tenía un post pendiente que se va a llamar "Un día más feliz de mi vida". A ver si ahora que voy a tener un poco más de tiempo...

Mientras tanto, y hablando de puentes y bicis, para celebrar la primicia de que ya está abierto el paso peatonal y ciclista por el Puente de Santiago (lo he visto al volver a casa), os dejo con un enlace a un artículo de El Periódico de ayer, desde el que se puede ir a otros artículos sobre el tema de la bici en Zaragoza, y ver que Zaragoza, por fin, parece que empieza a pensar en verde.