Precioso

... me ha parecido este video de una masa crítica en Budapest, recibido por correo. Mañana en la de Zaragoza nos juntaremos, seguramente, muchos menos. Pero compartiremos el mismo sueño por unas ciudades más habitables.

Gabaro

Este fin de semana afortunadamente no he participado en la Quebrantahuesos, porque fui uno de los 6000 que no salieron agraciados en la inscripción. Y digo afortunadamente porque me crucé a los que volvían tiritando de frío después de renunciara a completarla: 3º bajo cero en el Somport, viento y lluvias... El año que viene quizás haya más suerte. Y también afortunadamente porque de rebote me ha permitido explorar una nueva ruta que me hacía mucha ilusión, el ascenso al Gabaro, o Gabalos.
Este monte es mi favorito, no porque sea lo último que veo antes de quedarme dormido en las siestas vacacionales, sino por su estratégica ubicación sobre el valle del Ara. Con poco menos de 2000 m cierra la cordal Pelupín-Monchoya-Gabaro, pero a mi gusto supera con creces a sus hermanos mayores en cuanto a vistas se refiere. Lo "malo" es que alcanzar la cima es una calcetinada por lo alejado que se encuentra de todo... o lo era, porque anteayer me enteré de que hay una pista que asciende hasta los 1700 m, dejándote a poco más de media hora de pateo para alcanzar la cima. Esta pista es relativamente cómoda, pero dura, tiene perfil de sigmoide (a la mitad de la subida toca plato pequeño y gracias) y firme pedregoso (bajada traqueteante sin pasar de 30 km/h).
Hoy las nubes ocultaban el panorama, y las fotos que he tomado son muy pobres (llevaba cámara "de juguete") pero aún así quería contarlo porque ha sido la primera vez que subo en bici, y desde luego no será la última. Ideal para días claros y frescos, el camino es soleado y resguardado del viento, cosa que hoy se agradecía.

Oasis de las dos ruedas

Tengo la pena de no haber hablado aquí con la puntualidad y extensión justa de La Ciudad de las Bicis. Sí lo hicieron en el blog amigo pedaleando, desde Valencia. Y sí añadí un enlace en la sección de Bicigoza (por cierto, ellos también enlazan este blog en su web, detalle que les agradezco).

Y hoy El Heraldo les dedica un artículo tan majo que no puedo hacer presentación mejor que recomendar su lectura. Deseo que ese oasis no se seque, y no parece que vaya a secarse pues cubre inteligentemente necesidades reales de los ciudadanos de a pie... o a pedales.

Popular Y de Bujaruelo

La última salida de la sección de BTT del CAU nos acercaba al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El segundo día íbamos a hacer la pista de Las Cutas, que habíamos preparado hace un año (aquí hay una foto de entonces), pero el tiempo se puso tonto y no fue posible.
Sin embargo la excursión del sábado por Bujaruelo, mi recorrido de entrenamiento habitual en una mañana de verano, salió casi perfecta. Yo le llamo por razones obvias "la Y de Bujaruelo": ascenso por la pista hasta San Nicolás, donde se puede descansar, comer, bañarse, tomar el sol, o, como fue el caso hacer dos ascensos (con sus descensos): al valle de Otal, que no pudimos recorrer entero por estar cortada la pista por un alud, y hasta el refugio de Ordiso siguiendo el curso del Ara.


Ver Ybujaruelo en un mapa más grande

Fue la primera experiencia en BTT para unos cuantos de los asistentes, que quedaron con ganas de más. ¡Qué alegría!

Estrategias sensatas

Hace días que recibí el enlace a este interesante artículo de El País sobre las estrategias más eficaces para promover el ciclismo urbano. Me parece de una sensatez y ponderación totales. Y me alegra mucho vivir en una ciudad en la que estamos poniendo esas estrategias en práctica, después de unos años en los que se centró la atención en la construcción de carriles bici, a veces necesarios pero que en general respondían más a la borrachera constructora que hemos padecido. De hecho, las bicis de alquiler son un instrumento para facilitar ese cambio de rutina que menciona el artículo, al facilitar esa experiencia directa del pedaleo en la ciudad que, como bien sabemos, engancha.

Retrasemos la última cita

Ayer hubo que lamentar dos atropellos de ciclistas en Zaragoza. En ambos casos las bicis circulaban por pasos de cebra. Mientras en uno de los accidentes, por lo visto, el conductor trataba de evitar perder unos segundos cediendo el paso a una ciclista y se llevaba por delante a su marido (que está muy grave), en el otro era el ciclista quien no quería perder unos segundos y cruzaba con el semáforo en rojo.

A los ciclistas, y peatones, nos puede dar bastante igual tener o no la razón en accidentes así, por lo que nos conviene extremar las precauciones en cualquier cruce, ya sea cuando vamos circulando por la calzada y nos tienen que ceder el paso, cuando los coches han de atravesar el carril bici, o cuando cruzamos por un paso de cebra si vamos por una acera.
Lo fundamental es que nos vean, no sorprender al conductor que, probablemente, tiene intención de cedernos el paso cuando corresponde, y que seguro que no quiere llevársenos por delante incluso cuando no corresponde.
Por su parte, más vale que los conductores tengan en cuenta que en las ciudades, en calles transitadas, con pasos de peatones, tiendas, colegios, etc, pueden ocurrir imprevistos que fácilmente se convertirán en tragedias si la velocidad es "alta" y, para esto, 50 km/h ya es una velocidad muy alta.

Por el bien de todos estamos esperando la pacificación de las calles, que sólo supondrá retrasos... en nuestra última cita.