Un fin de semana cualquiera de junio subí a la pradera de Ordesa con la bici, y allí me encontré con más de setecientos coches (según fuentes fidedignas), lo que unido a los varios autocares y demás supone más del doble de personas de las teóricamente admisibles...
Imágen verdaderamente típica de Ordesa, que sin embargo no sale en las guías... ¿Por qué será?
Un espacio natural de gran valor... para aparcar.
Y sin embargo, no hay sitio para aparcar la bici. Y cuando (por fin) se cierra el acceso a los coches, también se cierra a las bicis (¿?). Algo habrá que hacer...
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