Costumbres - El Moncayo en otoño

Todos los otoños tengo la costumbre de subir un día por el Moncayo con la bici. El sitio merece la pena también en otras épocas, pero lo de finales de octubre puede ser espectacular.

También tengo la costumbre de relatar aquí algunas excursiones que me parece que merecen especialmente la pena, y esta del Moncayo es posiblemente la mejor de la provincia de Zaragoza, así que allá vamos. (Intentaré escribir parodiando el estilo de guía excursionista, a ver qué tal me sale. Las fotos no son muy allá, me dio pereza ir con la cámara de verdad, y hoy me da pereza ponerme a hacerles unos mínimos retoques, recortes, etc, lo siento.)

El punto de partida ideal es el Monasterio de Veruela (650 m) desde donde nos dirigimos a Agramonte (1060 m) por una pequeña y revirada carretera que se aproxima al Moncayo, primero entre campos y seguidamente entre abundantes robles, que se dorarán más tarde, en noviembre.


Al principio la carretera es algo empinada, y soleada, lo justo para calentar a gusto, pero una vez que llegamos a los pinares disfrutaremos, no sólo de su aroma y frescor, sino de un trazado ameno y sin pendiente por el que dejarnos rodar.

Desde Agramonte ascendemos por la incomparable carretera (los 5 km de carretera más bonitos de Zaragoza, opino) a través del bosque de hayas más meridional de Europa (creo), pasando por varios rincones mágicos y fuentes de agua sabrosa.


En la Fuente de Los Frailes (1350 m), antes de llegar al Santuario (al que los más osados podrían subir y bajar mientras otros preferimos un descanso), abandonamos la carretera dejándonos seducir por esta pista, cortada al tráfico, por la que nos adentramos.


Por ella, y siguiendo en el hayedo, iremos ascendiendo más o menos suavemente al principio. Las hayas son sustituidas por pinos silvestres a la vez que la pendiente se endurece y la vista se amplía, llevándonos hasta el desvío al collado Bellido (al que los más osados que no hayan tenido bastante con lo del Santuario podrían subir, caminando o corriendo). Poco después alcanzamos el punto más alto de la excursión, sobre el barranco de Valdealonso, a unos 1850 m, desde donde podemos ver prácticamente todos y cada uno de los 1200 m de desnivel superados a lo largo de unos 24 km.

Desde ahí, por fin, ya es practicamente todo bajada, en general suave y fácil, con algunos momentos gloriosos, por ejemplo al acercarnos al Morrón y la Muela.


Cuando casi hemos alcanzado el collado de La Estaca, un poco antes de llegar a la estaca que lo señala, debemos dirigirnos hacia Alcalá de Moncayo, tomando un desvío evidente (que ahora está señalado mediante otra estaca) hacia la izquierda (o sea, el este) en leve ascenso inicial (¡no desanimarse! por experiencia os digo que es mucho peor tirar hacia el sur atraído por su tremenda cuesta abajo, y luego darse uno cuenta de que ha sido un error, y tener que volver a subir). Ese último y leve ascenso va seguido de una vertiginosa bajada hacia Añón y Alcalá, que tomaremos no sin antes volver la vista atrás para contemplar los recónditos parajes que acabamos de hollar.

Una vez abajo, conviene no perderse un desvío a la izquerda (el segundo evidente, si no recuerdo mal) siguiendo la GR90 (marcas rojas y blancas). En algún momento, hacia el final, no es del todo ciclable, pero nos acerca de la forma más interesante a la vega del Huecha, que en esta época está impresionante, y por donde es fácil perderse (si queremos).


Finalmente, a la altura de Alcalá, volvemos a la carretera para regresar al Monasterio de Veruela, lugar donde podemos encontrar todo lo que nos pueda apetecer para terminar el día.



El mapa, donde está resaltado el tramo entre la Fuente de Los Frailes y Añón (que no tiene pierde, y el resto aún menos) es este:


El tiempo que emplée el domingo pasado para cubrir los 60 km fueron siete horas, de las cuales cinco fueron pedaleando, y dos contemplando.

Alguno se preguntará: ¿para qué tanto tiempo? ¿no se puede hacer más rápido?
Lo cierto es que seguro que se puede, pero ¿para qué?
¡No se me ocurría un sitio mejor donde estar!

Algún otro se preguntará: ¿Y desde cuándo tienes estas costumbres?
Bueno, lo de subir por el Moncayo, con este año ya van dos veces, y lo de relatar excursiones, esta es la primera...

¡Pues vaya costumbres de habas!

Ya, pero es que yo miro hacia adelante, y no preveo dejar de hacer ninguna de ambas cosas.

6 comentarios:

  1. Don Biciclote, te presento a otro amigo bloguero que acaba de estar también en Moncayo y escribir sobre ello: Pepe Nosela

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  2. me parecen muy buenas costumbres.
    la ruta es muy chula, yo no tengo bici de montaña, sino de carretera, pero de todas formas me la apunto, al menos para hacer esos 5 km tan bonitos...

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  3. Muy buenas costumbres las tuyas. No hay duda que acabarán arraigando y las ediciones anuales se irán sucediendo.

    Yo también tengo pendientes en mi blog alguna que otra rutilla. Espero sacar tiempo pronto.
    Saludos!

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  4. Con bici de carretera se pueden rodear esos 5 km de acercamiento y vueltas como:
    Veruela-Agramonte-5 km subiendo, y luego bajando-Agramonte-Añon-Veruela, o incluso empezar en Tarazona y acercarse por el somontano N (Los Fayos, etc) Muy recomendable.

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  5. Me alegra saber de gente que sabe apreciar lo bonito cuando lo encuentra. Yo lo hice a pie desde el Centro de interpretación de Agramonte. Pero la descripción del itinerario es muy buena. Saludos

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  6. Bonita ruta, disfrutada sin prisas, doble de buena.

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