Cerrar paréntesis

Acabo de poner en "stand-by" la actividad que ocupaba buena parte del huequecito que puedo dedicar a esta bitácora, por lo que ya me disculpé en su momento. A los amiguetes frecuentes que les pique la curiosidad, les puedo dar detalles "en privado" (vía correo), la verdad es que ha sido todo una experiencia...

En fin, que tampoco es que vaya a ser esto ahora un torrente de creatividad y entretenimiento, ya me conocéis, no doy más de mí, pero a ver si al menos recupero en ritmo de un artículo semanal, y no son la mayoría de corta-y-pega.

En realidad no tenía previsto empezar hoy, pero me viene a la cabeza en este momento una cosa en la que quizás me implique, así que vamos a empezar con ello. Hace unos días participé con unos compañeros en una reunión con el responsable de la empresa para asuntos de movilidad (y otros). Le queríamos ofrecer nuestra colaboración para desarrollar sus promesas electorales en materia de movilidad (mi empresa parece muy democrática, los jefes se eligen por designación después de que el jefazo sea elegido por votación).

Hubo buen rollito, aunque (y esto no me extrañó nada) muy poca chicha. Para que os hagáis una idea, a pesar de que supuestamente se desea hacer de la empresa un ejemplo social de sostenibilidad (procuraré no hablar de la eficiencia energética de sus edificios...), y que hay que buscar fórmulas para que "la gente" opte por usar otros medios de transporte que no sean el coche (no estoy seguro de si es por lo del fomento social de la sostenibilidad, o por los atascos que se montan día sí y día también), este responsable opina, sin despeinarse, que:

• "Mucha gente" tiene que ir a llevar a sus hijos al cole en coche, y claro, luego tienen que ir a trabajar con el coche, y, lógicamente, reclaman un aparcamiento. (Que la empresa, prácticamente, les regala. Recordemos, mi empresa es muy democrática... ¡A ver si por no facilitar esos aparcamientos se van a perder votos! Aunque el ayuntamiento, también democrático, sí eliminó hace décadas otros "aparcamientos públicos" situados en lugares que no merecen semejante degradación, como eran la Plaza del Pilar o el Parque Grande, que no creo que los administrados y votantes echemos de menos en absoluto.)
• Ah, ¿tú llevas a tus hijos al cole en bici? Bueno, es una opción muy personal, claro, pero no se puede pretender que eso lo haga "mucha gente" (debió de pensar "nadie más").
• Los usuarios de las motos es normal que aparquen en la acera, debajo de los porches, pues si dejan la moto en otro sitio se les puede mojar si llueve, o se quemarían al montar si hace sol. Y no vamos a denunciarlos, ¿verdad? (Dicho sea de paso, nosotros pretendíamos que las motos tuvieran reservados sitios privilegiados, en detrimento de los coches en cordón, a continuación de los sitios para minusválidos, pero parece ser que eso ya queda muy lejos, y los motociclistas tendrían que andar mucho.)
  
• ¿Los aparcabicis llenos? Vaya, otra vez, el buen tiempo... Pero no estoy muy seguro de si son una buena solución, porque tanta concentración de bicis incita a los robos (!)
• Pero, ¿cómo puedes ir de ahí hasta aquí, si no hay carril bici?

En fin, ojalá que pueda contar algo más esperanzador la próxima vez que aborde el asunto. Aunque por ahora, la esperanza la ponen (la ponemos) los de a pie (o a pedal), y no los del coche oficial.